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Musrri aún lamenta la salida de Johnny Herrera de la ‘U’: “Me hubiese gustado que termine su carrera en el club”

El eterno capitán hizo un repaso de su exitosa carrera y de paso habló del acontecer azul.

Luis Musrri pasó 28 de su vida vistiendo los colores de Universidad de Chile, realizando un inolvidable proceso entre las cadetes y el primer equipo, compartiendo con grandes ídolos, viviendo en carne propia los momentos más duros del club y también siendo artífice en el regreso a la gloria. En una distendida conversación con Emisora Bullanguera, el hombre con más partidos en la historia del club, repasó varios pasajes de su trayectoria y compartió su visión respecto a lo acontecido en los últimos meses al interior del actual plantel.

¿Cómo se produce su llegada a la ‘U’?

“Yo arribé a los 8 años a la ‘U’, a la escuela de Recoleta. Llegué con toda la ilusión de llegar a un equipo como este, porque yo vengo del campo, de Valle Arauco en Peñaflor. Habían miles de niños y terminé quedando en un grupo de aproximadamente de 30 niños. Después pasé a cadetes y mi primer partido contra Colo Colo, donde ganamos 9-0”.

¿Quién fue su pilar para cumplir esa ilusión de ser futbolista?

“Mi abuelo siempre estuvo. Él me llevaba a los entrenamientos, me iba a buscar. Él era de Valle Arauco y el trayecto era de cuatro horas, y fue bien sacrificado era el tema. Cuando pasé a cadetes, toda la familia me apoyó”.

¿Cómo recuerda sus primeros pasos en el profesionalismo?

“Debuté a los 16 años (ante Cobresal), porque salté desde la infantil al primer equipo, pero el oficial es ante Palestino en Santa Laura (en enero de 1987). El sector sur de ese estadio es de lata y la hinchada golpeaba, eso se sentía en el camarín y estaba la presión de que jugábamos ante el puntero. Pese al nerviosismo jugué bien, me gané todos los premios y ganamos 1-0”.

¿Alguna anécdota?

“En la Radio Chilena me gané un calefont, me acuerdo que tuve que ir a buscarlo a Plaza de Armas y yo como no conocía mucho por Santiago, dejé mi auto en la Alameda. Después recorrí todo el Paseo Ahumada con el calefont gigante, quedé con la espalda molida (risas)”.

Fue titular indiscutido en la campaña del descenso ¿Cómo asimila un chico de esa edad un momento tan duro?

“La ‘U’ es un equipo grande, vive de títulos, de vueltas olímpicas, fama, y en el primer año que te toca ser titular, desciendes, se transforma en un golpe fuerte para tu carrera. Al final de cuenta, eso me hizo mucho más hombre, más fuerte, me hizo madurar como futbolista y persona”.

“En el camarín estaba destrozado y se me acerca ‘Pellegrini’ a decirme que la culpa era de los mayores”.

¿Cómo recuerda ese periodo de crisis que atravesó el club?

“En ese año eran pocas concentraciones, porque no había plata para nada. En la ‘B’ hubieron muchos jugadores que sacaron a la ‘U’ adelante, como Severino Vasconcellos, Horacio Rivas, Roberto Reynero, Marcos Fajre, Eduardo Fournier. Logramos ascender y posterior a eso, vinieron momentos duros porque no teníamos nada”.

“Faltaba de todo. El utilero que era Móises tenía que secar la ropa y las toallas con la que nos secábamos en un brasero. Lo poco que ganábamos lo cobrábamos cada mes y medio. Jugamos dos liguillas de descenso, pero en definitiva nos hizo más fuertes. Posterior a eso se concreta la llegada del Doctor Orozco y se empieza a normalizar la situación”.

¿Cómo era su relación con el Doctor?

“Era serio y tenía un tipo de humor bien duro, pero era una buena persona. Yo no tuve problemas con él, vivimos momentos difíciles, pero siempre fue una linda amistad que tuvimos en realidad, por tantos años y logros que conseguimos”.

¿Cómo fue ese nuevo proceso que estaba viviendo el club?

“Se comienza a forjar la conocida ‘Nueva U’. Llegan los Castañeda, Guevera, Beltramo, Rogelio en los primeros años. Ya en el 94′ aparecen las figuras de Salas, Ibáñez, Aredes, Pato Mardones. Ya éramos un equipo fuerte, no el equipo de niños que había descendido. Era un plantel duro”.

“Salas y el ‘Bombero’ tenían una calidad para definir, y a eso se sumó la potencia que entregó el ‘Polaco’ Goldberg cuando le tocaba ingresar. También cuando Victor Hugo entraba desde atrás en los partidos difíciles, decía que él tenía que arreglar los problemas y era cierto, porque se arreglaban con su cuota de talento”.

¿Qué se le viene a la memoria cuando hablamos de Juan Carlos Ibáñez?

“El ‘Bombero’ Ibáñez era una persona especial porque se hacía querer por todos. Nos echaba a perder todos los trabajos, porque había que tirar hacia la izquierda y él tiraba hacia la derecha, era un ‘plato’. Eso sí jugaba maravilloso, era una muy linda persona. Compartía con su familia, con su señora, teníamos una muy buena relación”.

Durante los 90’s los clásicos solían suscitar mucha atención y eran bastante picantes ¿Cómo lo vivía en lo personal?

“Yo lo único que digo es que ese combo para gente de la Católica, es un título, siendo que es una jugada de fútbol, porque ocurre dentro de la cancha y a mí no me importó nada. Mi mejor venganza fue terminar levantando la copa, terminé pegando mucho más fuerte, total lo morado ya se me pasó hace años (risas). Al final, ellos le dan y no ganaron nada”.

“Yo tengo una rivalidad mucho más grande con Universidad Católica que con Colo Colo, aunque el otro sea el clásico grande del fútbol chileno, porque esos años eran así. Si lo pongo en la balanza, me daba más gusto ganarle a la ‘Uc’.

“Se vivía a muerte esa semana. Más encima me tocaba marcar a ‘Gorosito’, el ‘Beto’, Mario Lepe, Parráguez, que eran buenos. Habían tres seleccionados argentinos. Nuestro equipo siempre iba con todo y además tenía mucho talento”.

¿Qué le genera cuando escucha a los jugadores de Universidad Católica quejarse todavía por la definición de ese título del 94′?

El partido lo he revisado un par de veces y a Marcelo Salas le anulan un gol legítimo en el primer tiempo. Todos se acuerdan del gol que estaba un poco offside, pero esto es un partido completo. Todos reclaman lo mismo de siempre, nos llevaban seis puntos de ventaja en las últimas fechas y no fueron capaz de mantenerlo con un equipo millonario”.

¿Cómo se vivió ese 18 de diciembre de 1994 tras levantar una copa después de 25 años?

“Esa fecha de diciembre en El Salvador es súper especial. Después de celebrar, nos fuimos a la casa de Rafael Fazio, tras el recibimiento que tuvimos en Santiago. Cuando baja la adrenalina, camino hacia mi casa, llego y me pongo a ver el partido dos veces durante la noche a las 5 de la mañana. En ese momento mi señora estaba embarazada de mi hija Catalina y yo le digo ‘cumplí mi deuda que tenía con la U’. Ahora todo lo que viene, será para mejor”.

“Me tocó levantar el campeonato histórico, más histórico que ninguno. Más que la Sudamericana, más que cualquier otra, porque desde ese punto se forja todo lo que viene para adelante. No teníamos el CDA como ahora, entrenábamos en unas canchas asquerosas del Sauzal y era así no más la cosa”.

¿El mejor 10 con el que compartió?

“Me tocó compartir poco con Tapia, en un periodo corto a principios de los 90′, y era un jugadorazo. Nosotros estábamos mal, pero llegó, un seleccionado argentino y jugador de Boca Juniors. Todavía me preguntó cómo llegó a la ‘U’. Él en el 94′, hubiese arrasado. Pero me tocaron varios ’10’ buenos: ‘Leo’ Rodríguez, Raúl Aredes, Ezequiel Amaya, todos buenos para la pelota. Yo les entregaba bien la pelota, no tenía mucho problema y ellos lo valoraba, porque a pesar de que corría y marcaba, siempre los dejaba en posición de ataque con mis pases. Algunos piensan que sólo pegaba patadas, pero tenía un buen juego”.

¿Tiene algunos tesoros guardados de esa época?

“Tenía varias camisetas. En el 2000 sufrí un incendio de mi casa en Peñaflor, donde tenía todas mis recuerdos, todos los premios que había ganado en el fútbol y se me quemó todo. Se perdió mucha historia, pero son cosas que pasan. Quedó todo lo posterior a aquello. La réplica la tengo (risas)”.

¿Qué sensaciones le genera recordar la Copa Libertadores de 1996?

“Creo que era nuestro momento, nos tocó enfrentar a un gran equipo, apoyado por todo el mundo, por la Confederación Sudamericana. Fue un robo asqueroso. Debe ser el episodio más negro de la Copa. Nosotros íbamos al Monumental de Núñez con toda la ilusión, a pesar del equipazo que tenían: Franchescoli, Ortega, Almeyda, Gallardo, Astrada, Berizzo, Burgos. No se dio, pero ojalá las nuevas generaciones de la ‘U’ puedan lograrlo, aunque sea más complicado”.

¿Se ilusiona con dirigir al equipo nuevamente y levantar ese trofeo que le fue esquivo?

“Yo logré casi todo con la ‘U’, menos el título de la Libertadores: Copa Chile, Campeonatos, jugador que más partidos tiene con la camiseta, y esa fue una deuda. Si la vida me da la opción de dirigir a la ‘U’ nuevamente, primero quiero salir campeón en Chile y luego ir por lo máximo, que es la Copa Libertadores. Esa ilusión va a estar hasta que me muera”.

Su carrera se caracterizó por tener a técnicos muy ligados con la historia del equipo ¿qué significado tuvo para usted?

“Desde chico. Mi mentor, el que me puso de volante de contención fue don Roberto Hodge, el histórico volante del Ballet Azul. Yo jugaba mucho más arriba, de media punta o de 9. Desde ahí pasaron varios, don Alberto Quintano, Ulises Ramos, Leonel Sánchez, Pedro Morales, Manuel Rodríguez, el ‘Lulo’… “

Como conocedor del puesto ¿Cómo ha visto el desempeño de Camilo Moya y Sebastián Galani?

“Son diferentes los dos. Camilo es más de la posición, maneja más el puesto, es un volante más central. Sebastián es un todoterreno, me recuerda en muchos sentidos a Clarence Acuña, con un poquito más de juego que él, pero con un despliegue físico tremendo. Pablo Aránguiz también le pone más talento y hay una bonita mezcla en el mediocampo”.

¿Qué le pareció la bullada salida de Johnny Herrera en la temporada pasada?

“Yo lo quiero mucho a él, porque lo vi debutar, lo vi crecer como arquero, lo vi salir campeón, donde fue clave en la campaña del 2004. Tenemos una relación cercana, mi opinión va más enfocada al cariño que le tengo. Me hubiese gustado que terminase su carrera en la ‘U’ por todo lo que dio y las razones de su salida no la sé. Los que realmente saben son los dirigentes y Johnny. Me gustaría solamente que fueran claros en decir lo que pasó”.

.A usted le tocó compartir con dos grandes arqueros e históricos de la institución, como Sergio Vargas y Johnny Herrera ¿Son los mejores?.

“Son buenos los dos, pero hay buenos para atrás también, como Manuel Astorga, Eduardo Fournier. Cada uno marcó en su época. Sergio un crack en los 90, Johnny crack después para la obtención de la Copa Sudamericana. Hay comparaciones, pero cada uno cumplió su etapa en la ‘U’.

¿Cree que en algún momento alguien supere su récord de más partidos?

“Yo creo que quedará por siempre, porque los cabros ahora no pretenden quedarse en un club tantos años, tienen otras aspiraciones”.

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