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EL PELDAÑO ROTO QUE IMPIDE LLEGAR AL CIELO

En Santiago las cosas eran diferentes a mediados de los años 90, muchas de ellas recién estaban ocurriendo al recuperar la democracia después de tantos años y 1996 fue un año particularmente agitado.

Se inaugura una de las torres más emblemáticas del país y la más alta en ese entonces, la Torre Telefónica. La agrupación Los Tres representaba al país grabando su Unplugged en MTV mientras que en la TV nacional se vivía una guerra entre Marrón Glacé y Sucupira.
Se vivió uno de los acontecimientos políticos y policiales más importantes en la historia de nuestro país, el rescate en helicóptero de 4 reos pertenecientes al Frente Patriótico Manuel Rodríguez desde la cárcel de alta seguridad. Es justamente esa palabra, rescate, la que fue tan esquiva para la Universidad de Chile cuando cruzó la cordillera.

La Universidad de Chile fue el primer equipo chileno en jugar el torneo continental. en su primera edición el año 1960. Título que le ha sido esquivo una vida entera, con 23 participaciones y 4 semifinales en 1970, 1996, 2010, 2012. Probablemente la de 1996 es la más dolorosa de todas.

La “U” hacía su clasificación después de haber obtenido el campeonato nacional de 1995. En ese entonces los grupos se conformanban de dos por país, en este caso fue el grupo 5 constituido por los cariocas Corinthians y Botafogo, además del cuadro azul también estuvo la Universidad Católica quien había clasificado por la Liguilla Pre-Libertadores. Este grupo fue liderado por Corinthians quien obtuvo 13 puntos y la “U” con 10 puntos, Botafogo pasa como mejor tercero.

Ya en octavos, el enfrentamiento fue contra Defensor Sporting de Uruguay, empatando con un global de 4 tantos, siendo definido desde los 12 pasos en la que el cuadro laico se llevaría la victoria por 7 goles contra 6. Tras este encuentro aparece el Barcelona de Guayaquil, quien fue derrotado 3 a 1 en el marcador global, así la U clasifica a la segunda semifinal de Copa Libertadores en su historia.

El partido de ida fue en casa y el estadio nacional se desbordó. El equipo que venía de ser campeón después de 25 años y en breve sumase un bicampeonato dejaba la expectativas muy altas. En el arco contrario el gigante River Plate del charrúa Enzo Francescoli, lo que no fue impedimento alguno para que después de un empate 2 a 2 se desate la locura y sobre todo la ilusión.

La gente confiaba en el equipo. La gran campaña que traía Miguel Ángel Russo como DT y el tremendo momento de Marcelo Salas en cancha hacían creer que se podía subir en una escalera al cielo, pero ese peldaño tan importante para seguir cruzando se rompió en Buenos Aires.

Encuentro ante 55.000 almas en el coloso Monumental Antonio Vespucio Liberti de La Plata en Buenos Aires donde tuvo un primer tiempo que definió prácticamente todo el encuentro. River abre el marcador con gol de Matías Almeyda tras una extraña jugada luego de que Víctor Hugo Castañeda tuviese una fuerte entrada contra Francescoli. Minutos más tarde una jugada larga de Esteban Valencia es obstaculizada por el portero trasandino Germán Burgos. Un penal a todas luces, sin embargo el juez del encuentro Alfredo Rodas de Ecuador no quiso cobrar, justificando una supuesta ley de la ventaja por la custodia que hacía Marcelo Salas a Valencia en esa jugada. Posteriormente el árbitro diría que jamás vio un penal en esa jugada.

Algunos ex jugadores se han referido a este encuentro como “un robo total”, “Una sinverguenzura del porte de un barco”, el propio Miguel Angel Russo cuenta que años mas tarde se encontró con Rodas y que le negó el saludo.

“Estoy buscando adjetivos calificativos para lo que acaba de hacer este hombre” decían los comentaristas de Fox Sports ante semejante decisión arbitral. “Es increíble que no haya cobrado ese penal ¿Ley de ventaja en un penal?” dijo un joven Martín Liberman que se encontraba en el Monumental aquel día y fue consultado por los medios chilenos respecto a la medida tomada por el juez.

La Copa Libertadores ha sido muy esquiva para la “U”. Uno de los equipos más grandes del país que aún no puede besar el oro. El ganar la Sudamericana del 2011 alivió el alma y llenó de orgullo a la familia azul, pero hay heridas que no cierran hasta cumplir con los objetivos pendientes.

Bastián Bello | Emisora Bullanguera

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