El capitán de la U fue autocrítico tras la caída en la ida de octavos de Copa Chile y confía en: “dar vuelta el resultado el miércoles”.
Universidad de Chile cayó 2-1 ante Curicó Unido en la ida de los octavos de final de Copa Chile. El compromiso, disputado en Talcahuano, se dio en un contexto inusual: la U llegó con once bajas entre citados a la Roja adulta y a la Sub-20, lo que obligó al cuerpo técnico a alinear un equipo mixto.
Sin embargo, para Marcelo Díaz —referente y capitán del equipo—, las excusas no tienen cabida: “nosotros no vamos a pedir suspensión de ningún partido, vamos a jugar”, declaró el mediocampista al término del compromiso.
Y a diferencia de otras oportunidades, esta vez el volante cuadró con su entrenador y asumió el mal rendimiento colectivo del equipo, apuntando a la necesidad de mejorar para la revancha que se jugará el próximo miércoles 11 de junio en el Estadio Nacional.
“Tenemos un plantel muy amplio, somos un equipo muy grande para buscar excusas de por qué no está uno u otro, perdemos”, apuntó con seriedad.
Pese a lo anterior, el trámite del juego mostró a un Curicó Unido más efectivo, supo golpear en los momentos clave, y se quedó con la primera patita de la llave contra el “Romántico Viajero”.
“Perdimos contra un buen equipo, que supo jugar el partido, que aprovechó sus ocasiones y ese es el resumen que se puede hacer”, reconoció Díaz.
“Curicó ganó bien y hay que felicitarlo. El miércoles tenemos la vuelta en Santiago, así que esperamos dar vuelta el resultado”, subrayó el capitán.

Un partido con dos caras
En esa línea, y pese a reconocer que la U comenzó dominando el primer tiempo, Díaz insistió: “jugaron un buen partido, muy serio, muy ordenado”.
“Nosotros empezamos muy bien en el primer tiempo, después nos desordenamos, ellos se vinieron un poco arriba, nos hicieron dos goles y pudieron hacer tres”, explicó.
“Después, en el segundo tiempo, también pasó lo mismo, entramos muy ordenados, nos creamos algunas situaciones, después nos desordenamos y obviamente el rival vuelve a tener control”, agregó.
El diagnóstico es claro: Universidad de Chile mostró chispazos, pero no logró sostener su juego. Y si bien el contexto pudo haber servido como argumento atenuante, el capitán fue categórico en despejar cualquier tipo de justificación.
“Esas son las cosas que vamos a trabajar en la semana, para el miércoles dar vuelta a la llave”, sentenció.