El DT de la U, Gustavo Álvarez, se inmola por la dirigencia azul y actúa de escudo ante las críticas. Dejo abierta la puerta para un refuerzo.
Universidad de Chile no dejó contentos a sus hinchas. Con solo dos refuerzos en la ventana de fichajes, la U no cubrió las zonas donde claramente se ven falencias.
Sin embargo, una lesión de último minuto provocó que se abriera una nueva esperanza de fichaje. La baja de David Retamal extiende el período para los azules.
Pese a eso, el torneo ya está en marcha y la llegada de una incorporación encontraría a un equipo en pleno funcionamiento y sin tiempo de adaptación.
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Por otra parte, las críticas han apuntado hacia la dirigencia por su tardanza y displicencia en materia de fichajes. La llegada de Antonio Díaz en respuesta a la renovación de Marcelo Morales y el sobreesfuerzo de Charles Aránguiz para salir de Inter de Porto Alegre. Ninguna cubre las reales necesidades del equipo.
Frente a ese contexto, Gustavo Álvarez salió al frente, y como toda la temporada, blindó a sus superiores.
“Soy coherente con lo que dije. Los tiempos deportivos muchas veces no coinciden, pero mi tranquilidad es que el Club hizo y hace los esfuerzos por contratar. No me desenfoco de mi tarea, de entrenar día a día al equipo y que mañana tengamos la mejor versión de la temporada”, declaró.
“Lo dije en varias conferencias, inclusive cuando llegué y me preguntaron por qué elegí a al U: por la confianza que me generó el proyecto. Y el proyecto son las personas. Desde ese día no se ha modificado nada. Nosotros tenemos dos incorporaciones, pero observé día a día el trabajo del club y eso me da seguridad y confianza. No se modifica nada de lo que pensé antes de llegar y lo que pensé cuando llegué”, añadió.
Para finalizar, el entrenador de los universitarios aseguró que no es un problema ser el encargado de hablar sobre los temas de la institución.
“No me molesta nada. Yo hablo de jugadores y lo deportivo. No me molesta para nada”, sentenció.
