La música te hace vibrar. Emociones varias como el llanto y la alegría pueden verse notoriamente alteradas ante alguna canción, sobre todo si esa canción considera un representativo importante.
Con un nombre un origen griego, inicialmente como mousikē, música significa “el arte de las musas”. Básicamente se comprende como el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios respetando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la intervención de procesos psicoanímicos.
¿Cuántos de nosotros quisieran que su epitafio tuviese la leyenda “Romántico Viajero”?, como no, si es el calificativo que nos ha definido por décadas.
Corría 1933 cuando un grupo de estudiantes de arquitectura pertenecientes a “La Casa de Bello” viajaban a Antofagasta en un barco bautizado como “Reina del Pacífico. Un Joven Julio Corderos Vallejo a bordo, que escribió la imborrable gesta a raíz del amor que sentía él y sus compañeros de expedición por la casa de estudios, brindando por ella una y otra vez.
Otro hito que se extiende a partir de ese viaje, es el famoso grito “CEACHEÍ” entonado por ellos mismos, los primeros “románticos viajeros”. Nos deja muy claro que aunque sea un grito que se antepone para cualquier junta institucional y hasta en hinchadas de otros equipos, tiene origen azul.
A Julio Cordero Vallejo se le otorga la autoría de la música, aunque reconoce que la letra fue escrita en conjunto con sus “camaradas” de viaje. Aún así es quien inscribe a su nombre la letra y música en la biblioteca nacional, siempre dando reconocimiento a sus compañeros de viaje.
El himno para la rama futbolística no se dio a conocer hasta los años 40, en un clásico contra la Universidad Católica, entonado por sus propios estudiantes. Aún así, no tuvo una voz reconocible hasta fines de los años 50.
Jaime Aranda Farías, un tenor, se formó en la academia de canto de Lucía Campo y en 1958 ingresó a Radio Minería, donde conoció al destacado músico Vicente Bianchi. Fue este quien lo llevó a cantar el himno de Universidad de Chile, siendo reproducido y entonado por sus hinchas en todos los estadios donde juega la Universidad de Chile hasta el dìa de hoy.
Un gran reconocimiento al himno de la “U” se dió en el cine, en la película “La Frontera” del ya fallecido director Ricardo Larraín. Película que ganó importantes premios internacionales como el Oso de Plata del Festival Internacional de Cine de Berlín y el premio Goya a la mejor película extranjera de habla hispana.
En la escena se puede apreciar a un joven Patricio Contreras interpretando a Ramiro Orellana, un hombre que se encontraba exiliado en su propio país durante los últimos años de la dictadura militar. Ramiro recibe la visita de su ex esposa y su hijo ya adolescente, al que no veía desde hace 7 años. Ramiro comienza a entonar las primeras estrofas del himno azul, intentando acudir a algún recuerdo de su hijo, sin respuesta Ramiro se voltea, pero es ahí cuando oye al joven continuar con la estrofa, sumado de un “todavía me acuerdo, papá”.
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El himno de la Universidad de Chile tiene un reconocimiento especial. Quizás sea su lírica que no nos habla de un deporte, pero sí del romanticismo y la unión. Cualquier hincha azul se sabe este himno de memoria, más que cualquier otro.
Columna por: Bastián Andrés Bello.
