Los ecuatorianos venían de ganar la Copa Libertadores, la Sudamericana y la Recopa, en su mejor campaña internacional de su historia, aunque al frente tuvieron el fútbol de los dirigidos por Jorge Sampaoli que, en ese momento, eran palabras mayores.
La primera final se jugó en La Casa Blanca de Quito. La Liga Deportiva Universitaria recibía a Universidad de Chile con los pergaminos de haber ganado la Copa Libertadores, Copa Sudamericana y dos Recopa, lo que lo hacía ser casi un cuco para enfrentar en la altura de Ecuador.
Con el fútbol de siempre, el equipo de Jorge Sampaoli se paró para jugar de igual a igual, aunque en esta oportunidad, el planteamiento tendría un jugador fundamental para que el plan funcionara.
No era Eduardo Vargas con sus goles, era Albert Acevedo, que escribió su nombre en la historia dorada de la U al ser el jugador fundamental para Sampaoli en la cancha, con un plan que cumplió a la perfección.
Su tarea era no dar respiro al argentino Ezequiel González, quien en los videos realizados por el entrenador azul, era el hombre que movía todo el funcionamiento de La Liga.
Un poco más preocupados de defender, la U siempre intentó ir en ataque. Así fue como a los 44 minutos, Marcelo Díaz aprovechó una contra para habilitar de manera magistral a Eduardo Vargas. El delantero y goleador azul definió como un grande, dejando en el suelo al arquero y la defensa ecuatoriano y salir festejando con todo la ventaja para Universidad de Chile.
Si bien el segundo tiempo se contó con la suerte del campeón, ya que La Liga se vino con todo encima, el equipo nacional logró traerse los tres puntos desde un estadio donde pocos lo hacían y dejaron la fiesta preparada para la revancha en Santiago.
Fue el 14 de diciembre de 2011 cuando la cita con la historia llegó para la U. Su primera final continental ante la Liga de Quito, con un Estadio Nacional repleto y con sus hinchas ilusionados de todo corazón.
Un duelo en el que la emoción tardó poco en salir a flote, porque a los 3 minutos Eduardo Vargas, la gran figura de toda la Copa, marcó su primer tanto de la noche ante el portero Alexander Domínguez, comenzando a pavimentar el camino al trofeo que esperaba su dueño.
Hubo que esperar casi todo el partido, pero con una ventaja en el global por 2-0, los azules de igual manera seguían buscando. Fue a los 79 cuando Gustavo Lorenzetti comenzó a cerrar la final al convertir el 2-0.
Pero la guinda de la torta quedaría para el final. Con una espectacular jugada de Vargas, en el minuto 87, el delantero marcó el 3-0 y dio inicio a los festejos en el Estadio Nacional.
La Universidad de Chile por primera vez en su historia inscribía su nombre en las páginas doradas del fútbol continental, y con un juego lleno de talento se ganó el aplauso de todo el mundo, quienes disfrutaron de un equipo que entregó talento, rebeldía y entrega para hacer felices a sus hinchas.
Una década que para muchos fue ayer cuando se gritó campeón en el Nacional, pero son años en que era hermosa Copa Sudamericana hace recordar al pueblo azul que se puede soñar lejos y se puedo tocar el cielo.
