“Estamos en el aire”. Una frase simple, pero que puede representar el sentir de muchos hinchas de la Universidad de Chile, que llevan varios años sufriendo por las malas campañas y gestiones que ha tenido Azul Azul como administradora.
¿Por qué en el aire? Simple. Porque la concesionaria del club se encuentra en un proceso en que van a llegar nuevos dueños. No sabemos bien quiénes son, qué piensan, qué quieren o, lo más mínimo, si tienen el corazón azul. Sólo se sabe que a fin de mes debería existir una revolución. O, al menos, eso nos están haciendo creer.
Llevamos semanas escuchando posibles nombres, que traen un proyecto, que vienen con plata. Pero qué pasa en todo este tiempo mientras se llega a puerto con esta renovación en la mesa directiva.
Porque mientras eso está en una nube, el equipo tampoco avanza. Está bien, se ganó el último partido, que es lo importante. Pero qué proyección se puede hacer siguiendo la senda de lo mostrado el lunes ante Santiago Wanderers en Rancagua.
A quién, como hinchas, se le podría pedir explicaciones. O, al menos, saber quién toma las determinaciones importantes. Porque el cambio será a fines de este mes, pero las urgencias son ahora. No hay que ser un experto para saber que no se está en el camino correcto, pese a la esperanza que siempre se pueda tener.
Las informaciones dicen que mientras todo se renueva no se pueden hacer grandes cambios y, al parecer, tampoco golpear la mesa.
Entonces qué pasa con el hincha, que tiene que ver que la cabeza (dirigencia) no está funcionado y que, por lo que se ve, tampoco lo hará hasta el cambio. Que mira como el cuerpo (el equipo) tampoco quiere avanzar con un cuerpo técnico cuestionado. Y lo más importante, que el corazón (hincha) también está en pausa esperando que como una magia todo se solucione.
Al parecer es verdad. El club está en el aire. O no se están dando cuenta de que se transita por un camino sin un rumbo determinado.
Columna por: Cristian Fajardo
