No ha sido fácil la estadía de Fernando de Paul en Universidad de Chile. Llegó proveniente de San Luis de Quillota para ser el segundo arquero de la U, siempre a la sombra de Johnny Herrera. Tuvo años donde jugo poco y nada, situación que lo hizo replantear su continuidad en el club. “En algún momento tuve ganas de irme de la U porque quería jugar. Pero tenía claro que era el precio de estar en Universidad de Chile. Me sentí mal y no estaba del todo contento con entrenar y no jugar”, señaló el golero a LUN donde, además, confesó que su relación con el ex arquero azul era solo profesional.
El “Tuto” agarró camiseta la temporada anterior cuando Alfredo Arias decidió sacarle la titularidad de Johnny Herrera posterior a la derrota ante Audax italiano en La Florida. Sin embargo, el partido contra Colo Colo en el Estadio Monumental fue duro para el 1 azul: responsabilidad clara en el último gol, lo que provocó la decisión de Hernán Caputto de sacarlo del equipo y volver a confiar en el arquero más ganador en la historia del club. Tras esto, de Paul sostuvo que “me sentí mal, pero no anduve llorando porque hay que ser respetuosos. Hernán (Caputto) siempre va a buscar lo mejor para el equipo. Lo hablé con él y la manera que me lo comunicó, estaba bien. No cambie mi forma de entrenar porque sabía que se podía revertir la situación”.
El 2020 ha sido el año de la consolidación para Fernando. Titular indiscutido para el DT tras la salida a Everton de Herrera. “Yo sabía que no sería fácil jugar, pero todos aspiramos a jugar en un club grande. Tuve paciencia hasta que llegó mi momento. No sé si hubiese aguantado (ser banca) tanto en otro club. Aprendí mucho y saqué provecho. Ahora trato de hacerlo bien por lo que significa y genera este club. Pero no tengo chipe libre. Acá los chicos te meten presión: Campos, Espinoza y Cancino”.
Finalmente, abordó la verdadera razón por la que no jugó ante Inter de Porto Alegre en Brasil. “Lo que pasa es que sufro de hemorroides, sentía que me iban a molestar mucho y por eso no lo dije. Todo empezó ese día que ganamos a Calera y fui al homenaje de San Luis. Ese día no comí nada. Pasé una noche pésima, no dormí del dolor. En la U me mandaron a un especialista. Me hicieron una cirugía y me dijeron que podía viajar tranquilo y jugar. Me embarque al otro día a Brasil, pero en el viaje me agarró una fiebre y un dolor de muela. Me bajaron las defensas. Tenía la esperanza de jugar, pero la fiebre nunca me bajó”.
Jorge Romero | Emisora Bullanguera