Al regreso del torneo en Uruguay deben cumplir la norma sanitaria, donde se les obliga a costear un hotel para una cuarentena, fondos que deben salir de cada uno. Desde el equipo aseguran que “no es que nos queramos saltar a la mala” y profundizan en que son una rama amateur.
Cuando el equipo de Futsal de la Universidad de Chile afinaba los últimos detalles para su viaje a Uruguay, donde representarán desde el sábado al país por la Copa Libertadores de la especialidad, una noticia les vino como balde de agua fría.
Si bien el plantel y cuerpo técnico se realizó esta jornada los exámenes PCR de rigor para poder emprender su viaje, programado para el viernes en la tarde, un aviso frenó todo.
Esto es que, por norma sanitaria en Chile, toda persona que entre al país debe permanecer en cuarentena en un hotel, donde el costo es asumido por el viajero. Este punto complica a la delegación azul, ya que se les exigiría cumplir con el protocolo, algo que se escapa económicamente de las manos de los miembros al ser una rama amateur y que no recibe ingresos, por lo que no cuentan con estos recursos.
“Tras de esto hay cosas importantes. El trabajo de la gente, hay algunos a honorarios, pegas ocasionales, entonces todo lo que uno pierde viajando ya está asumido. Pero toma relevancia en que ponen más condiciones. Involucra seguir perdiendo plata y, además, pagar algo que no está en nuestro alcance”, comentó Juan Carlos Allan, kinesiólogo del plantel, en conversación con Emisora Bullanguera.
“Al no ser oficial también estamos a expensas de la buena voluntad de las personas. No hay nada estructurado que nos permita recurrir y solucionar las cosas de mejor manera. Llamamos a todos lados, pero es toda una travesía llamar a medio mundo”, añadió.
¿No han conseguido ayuda con las autoridades? Tenemos una buena relación con el club, con la ANFP, pero eso no basta. Entiendo que no somos prioridad, no somos relevantes. Esto nosotros lo planteamos hace un mes, lo dijimos en la ANFP. Pero dadas las condiciones sanitarias, pensamos que podrían cambiar, no pasó y acá estamos. Venimos preguntando hace rato, porque tenemos que viajar con esto resuelto. Así que en eso estamos, tratando de conversar con todos. El ministerio del Interior nos ayudó con los permisos para entrenar, en Deportes en su momento con el recinto, pero hoy esperamos alguna respuesta satisfactoria.
¿Están molestos? Varios han mostrado como que quisiéramos saltarnos la cuarentena a la mala, ahora que estamos encima. Pero no es que digamos ‘no haremos cuarentena, nos vamos para la casa’. Eso no es así, necesitamos autorización con las autoridades.
¿Cómo sería su regreso? El torneo termina el 22 y nosotros volvemos el 28, esto es porque no hay más vuelos a Santiago. Vamos a estar seis días encerrados bajo la normativa Conmebol, PCR, protocolo sanitario. Ellos le pusieron el nombre de burbuja sanitaria. Al ingreso a Uruguay había una cuarentena de 7 días y nosotros no la haremos, jugamos al otro día. No se hace porque se dieron las condiciones sanitarias a la Conmebol por organizar el torneo.
Bajo esas normas acá deberían seguir los mismos protocolos… Es nuestro argumento, vamos a estar en burbuja sanitaria, con exámenes PCR cada 72 horas, con protocolos sanitarios, con una serie de adaptaciones que hace la organización para que el torneo se desarrolle con seguridad, pero a la vuelta igual cuarentena. No es el apoyo que nosotros esperamos.
No es simple al ser una rama amateur… Es una rama con precariedades, como institución y sus jugadores, entonces todo hay que echarlo al saco. No es que un grupo de profesionales intenta saltarse la cuarentena. La ‘U’ nos ha ayudado bastante, entendiendo que no somos una rama oficial. Por otro lado, la precariedad en la situación de los jugadores. Entre todas esas gestiones todos estamos en nuestros trabajos y esto no es sencillo.
