En el CDA las cosas no están tranquilas. Desde la dirigencia intentan poner paños fríos, pero el desgaste con Gustavo Álvarez ya es un hecho.
Por estos días, en Universidad de Chile el ruido viene desde arriba. La relación entre el técnico Gustavo Álvarez y la dirigencia de Azul Azul atraviesa su momento más delicado desde que el argentino llegó al club.
No se trata solo de resultados, que por cierto, siguen siendo positivos, sino de una convivencia que, a esta altura, parece tener fecha de vencimiento.
El periodista argentino César Luis Merlo entregó detalles que ayudan a entender el porqué de este distanciamiento. Desde su tribuna explicó que la ruptura entre Álvarez y la directiva tiene razones concretas.
“Hay muchísimas chances de que Gustavo Álvarez no siga en la U. de Chile y aquí les traigo todos los detalles. Me preguntan por qué se llegó a esta ruptura y es simple”, señaló Merlo.
El tema de los refuerzos asoma como el principal punto de conflicto. El técnico había solicitado incorporaciones para sostener el crecimiento del equipo, pero esas peticiones nunca se materializaron.
“Tres mercados de pases donde pidió que lleguen refuerzos porque entendía que el plantel necesitaba un salto de calidad y no llegaron esos jugadores. El último ejemplo fue Eduardo Vargas, que quería jugar en la U. de Chile, que era imposible no traerlo y era fácil. Bueno, evidentemente por algún motivo no terminó llegando. Eso fue un quiebre”, añadió el periodista.
A lo anterior se suman los problemas de carácter logístico, un tema por el que el propio DT de U de Chile alzó la voz hace solo algunas semanas.
Y, aunque desde la dirigencia buscan proyectar calma, en el ambiente se respira otra cosa: una distancia que se nota y que nadie disimula.
Pese a todo lo anterior, Álvarez tiene contrato vigente hasta diciembre de 2026, por lo que una eventual salida deberá resolverse con negociación de por medio. Su cláusula de salida asciende a 1,2 millones de dólares, una cifra accesible para mercados como el mexicano, argentino o brasileño.
