La U igualó 2-2 con Lanús en el Nacional y mantiene viva la ilusión de avanzar a la final de la Copa Sudamericana 2025.
En un Estadio Nacional sin público, Universidad de Chile logró un empate con sabor a desahogo.
Cuando todo parecía perdido, Charles Aránguiz, capitán y referente azul, marcó de penal en el último minuto para sellar el 2-2 ante Lanús en la semifinal de ida de la Copa Sudamericana.
La noche había comenzado cuesta arriba para el “Romántico Viajero”. En apenas media hora, el equipo argentino aprovechó dos errores defensivos para adelantarse con un doblete de Rodrigo Castillo.
La U, desorientada y sin claridad, se fue al descanso entre gestos de frustración y la sensación de que el partido se le escapaba demasiado pronto.
En el complemento, Gustavo Álvarez movió el tablero. Con el ingreso de Lucas Di Yorio —autor del descuento a los 62 minutos—, el equipo cambió el ánimo y comenzó a empujar.
Lanús se replegó, defendiendo su ventaja con oficio, hasta que el tiempo se agotaba y el marcador parecía sentenciado.
Pero el fútbol siempre deja espacio para la épica. En los descuentos, Aránguiz tomó la pelota, respiró hondo y definió con jerarquía desde los doce pasos.
Gol, grito contenido y un empate que vale más que un punto: es esperanza para el desquite.
El 30 de octubre, en la Fortaleza de Lanús, se jugará la revancha. U de Chile deberá repetir la rebeldía del cierre si quiere volver a una final continental.
