Desde el club reaccionaron tras la suspensión del partido contra Independiente, condenando los hechos y priorizando la salud de sus hinchas.
Lo deportivo quedó relegado a un rincón secundario. La noche en Avellaneda no se recordará por un partido de Copa Sudamericana, sino por la violencia que transformó el Estadio Ricardo Bochini–Libertadores de América en un escenario de brutalidad.
El duelo entre Independiente y Universidad de Chile nunca terminó, y quizá lo más duro es que la pelota dejó de importar demasiado.
Ante las situaciones de violencia suscitadas hoy en Argentina, U. de Chile reaccionó con un comunicado luego de que la Conmebol anunciara la cancelación del encuentro de vuelta por los octavos de final.
En la declaración publicada en redes sociales, el club señaló que aguardará la resolución de la instancia disciplinaria, pero dejó claro que hoy la prioridad está en otro lado.
“En estos momentos, lo deportivo pasa a segundo plano. Nuestra máxima preocupación es conocer el estado de los hinchas agredidos brutalmente en el Estadio Libertadores de América”, manifestó la institución.
Las horas han permitido dimensionar la magnitud de lo ocurrido. Los registros que circulan desde Avellaneda muestran la violencia con que fueron atacados los hinchas azules.
En ese escenario, la U cerró su postura con un mensaje que refleja indignación y condena a lo vivido:
“Lo ocurrido hoy no debe suceder en ningún estadio. Una cancha no puede ser escenario de imágenes como las que fuimos testigos”.
La pelota dejó de rodar, pero lo que está en juego trasciende el marcador. Ahora todo queda en manos de la Conmebol, mientras el club se concentra en la suerte de los suyos: los hinchas que viajaron a alentar y regresaron con la violencia como amarga postal de una noche que nunca debió escribirse así.